El TDAH es un trastorno de origen neurobiológico, el protagonismo del cual recae sobre el lóbulo prefrontal, que es donde se encuentra la atención y las funciones ejecutivas (la inhibición, la memoria de trabajo verbal, el lenguaje interior autodirigido, el control de las emociones, la motivación, planificación, resolución de problemas y control motor). Estas funciones son precisamente las que se ven más afectadas en las personas con TDAH, y por ello tienen dificultades a la hora de: Establecer objetivos, Planificar, organizar y seleccionar, Ser capaces de iniciar, desarrollar…